martes, 7 de abril de 2020

EXILIO SANITARIO: CARTA 3 y 4


Por Jorge Bourges Rodríguez

Y entonces… 



Cuenta un famoso relato que, durante una tarde de su exilio, a don Isaac le dio flojera y decidió irse a recostarse debajo de un manzano de la huerta. Creo que se quedó jetón y, en eso, una manzana se desprendió del árbol y cayó sobre él, despertándolo. Al recordar sus reflexiones sobre la Luna, a nuestro admirado amigo le asaltó una pregunta genial: ¿por qué la Luna no cae?, o bien ¿no cae?

Reformulemos la pregunta: lo que llamamos “peso” es la fuerza con que la Tierra jala a lo manzana; ¿no lo hace con la Luna?  Posiblemente el sabio de nuestro relato exploró las posibles consecuencias que necesariamente tendrían cada una de las posibles respuestas. Así, tuvo el buen tino de considerar que LA LUNA SI CAÍA, PERO BAJO CIERTA INTERPRETACIÓN; pues si no hubiera fuerza sobre ella, en lugar de recorrer una órbita circular alrededor de la Tierra, se seguiría por una recta tangente a dicha órbita y con una rapidez constante. Pero no, sigue en su órbita casi circular.

Quisiéramos pedir a nuestros lectores que elaboren un dibujo: tracen una circunferencia en cuyo centro dibujen una “ruedita” que representará a nuestro planeta Tierra. En el punto superior de la circunferencia dibujen otra “ruedita” mas chica que representará a la Luna en su posición del día de hoy y también tracen la recta tangente a la circunferencia en dicho punto. Cerca de la posición actual dibujen otra ruedita que representa la posición que mañana tendrá nuestro satélite; a continuación tracen una recta desde la Tierra hasta la posición de la Luna y prosíganla hasta cortar la tangente; el punto de intersección entre ambas rectas será la posición hipotética de la Luna si se siguiera en línea recta. La distancia entra la posición real y la ficticia medirá lo que nuestro satélite ha “CAÍDO”. Este valor ya representará un DATO y no una INCÓGNITA en varias fórmulas ya validadas en aquellos tiempos.

Así, podría ser insertada en la Ley de Caída Libre dematemáticamente), para obtener aceleración y fuerza. Pero también estaban las leyes establecidas por el otro “gigante” que fue Kepler. Newton se tomó el trabajo de establecer sus expresiones matemáticas y con base en ellas llegar a una ley que las englobara a toda Galileo (ya formulada s. Pudo en tal forma establecer la LEY DE LA GRAVITACIÓN UNIVERSAL: “Dos cuerpos materiales en el espacio se atraen con una fuerza directamente proporcional al producto de sus masas e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia entre dichos cuerpos”. Quedó así establecido el núcleo teórico de la MECÁNICA CLÁSICA.

Gracias por su atención.

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